Desde hace un tiempo he estado explorando editores que integran inteligencia artificial, y debo decir que los agentes han cambiado por completo mi forma de trabajar en programación. No exagero cuando digo que hoy en día parece que no hay imposibles en la programación.
Al principio probé Cursor.ai y la experiencia me encantó. Admito que fue intimidante en un inicio, pero pronto descubrí que es muy similar a VS Code. La gran diferencia es la posibilidad de trabajar con agentes que no solo escriben código, sino que actúan como un asistente permanente: revisan la dirección de tu proyecto, proponen ideas y señalan posibles errores. Es como tener un supervisor técnico de tiempo completo.
Los cambios de Cursor.ai y la búsqueda de opciones
Hasta el 15 de septiembre, con 20 dólares al mes podías tener ayuda ilimitada en modo Auto y además 20 créditos para usar APIs como GPT o Claude. Personalmente, el modo Auto me resultaba suficiente, pero al probar GPT-5 noté la diferencia en calidad: más preciso, más completo y claramente más poderoso. Con los cambios de precios, me vi obligado a buscar alternativas.
Ahí descubrí algo curioso: con mi plan de ChatGPT Plus ya tenía acceso a Codex, y ni siquiera lo sabía. Fue uno de esos momentos en los que piensas "si ya estoy pagando varias membresías (ChatGPT, Gemini Pro, Claude Pro), ¿qué tanto estoy aprovechando realmente lo que incluyen?". Esa búsqueda abrió la puerta a experimentar más y a descubrir que las opciones son muchas.
Más allá de Cursor
Hoy en día estoy usando dentro de Cursor el acceso a Codex, y además he probado el nuevo chat de Copilot en VS Code (incluido en mi membresía Pro de GitHub). Es cierto que funciona un poco más lento y requiere confirmación constante, pero me sorprendió lo bien que acompaña el flujo de trabajo. También integré Claude 4 Sonnet dentro de VS Code gracias a GitHub, y ahí confirmé que ya no dependemos de una sola herramienta: hay todo un ecosistema.
Una nueva forma de programar
Lo más valioso de todo esto no es que la IA haga el trabajo por ti, sino que te obliga a pensar como un programador real. Tú sigues siendo quien supervisa, quien toma las decisiones de diseño y dirección. Los agentes te sugieren, pero tú defines el camino. En el proceso, no solo ahorras tiempo, sino que también aprendes, corriges malos hábitos y expandes tus posibilidades.
Gracias a estas herramientas me he vuelto a meter de lleno en proyectos de desarrollo, en nuevas automatizaciones que ya estoy aplicando en mi negocio, y cada día me sorprende la cantidad de puertas que se abren.
Vivimos en una era increíble para la productividad. Pero también creo que es clave combinar la tecnología con factores humanos como la comunicación y las ventas. La IA puede darte velocidad y precisión, pero el verdadero impacto está en cómo la integras a tu estrategia personal o de negocio.